Este es uno de mis platos de cuchara favoritos, cuya receta saqué de un libro de bolsillo editado por Grijalbo.
Para prepararlo utilicé:
- Ocho cebollitas (o chalotas)
- Cuatro patatas pequeñas
- Un cuarto de kilo de zanahorias baby y otro de champiñones
- Un bulbo de hinojo
- 200 gramos de judías verdes
- Un calabacín pequeño
- Una cayena
- Un vaso de vino blanco afrutado
- Medio litro de caldo de verduras
- Perejil
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Luego iré con las bolitas.
En una olla grande comencé rehogando las cebollitas limpias cortadas por la mitad y cuando estuvieron blandas añadí las patatas peladas y cortadas también por la mitad. Pasados unos cinco minutos añadí la cayena, las zanahorias troceadas y el hinojo cortado en medias lunas. Cuando cogió un tono dorado añadí el vino y el caldo de verduras. Dejé que cociese diez minutos a fuego suave.
Lo siguiente fue añadir las judías verdes cortadas, cocer cinco minutos más y por último incorporar al guiso los champiñones y el calabacín troceado. Esperé a que comenzase a hervir y entonces eché las bolitas que ya tenía hechas.
Vayamos con las bolitas, para lo que preparé una masa con:
- 50 gramos de mantequilla
- 100 gramos de harina
- Media cucharadita de levadura
- 50 gramos de queso curado rallado
- Tres cucharadas de perejil picado
Es importante mezclar bien en un cuenco la mantequilla, en trozos, con la harina y la levadura.
A continuación añadí el queso, el perejil y una pizca de sal. Para que la masa sea más fácil de manejar añadí dos cucharaditas de agua y seguí mezclando hasta que quedó una masa suave. De ahí saqué unas veinte bolitas, del tamaño de una moneda de diez céntimos.
Como decía, las añadí a la olla cuando el guiso estaba hirviendo y tapé la olla para que todo cociese quince minutos a fuego muy lento.
Ya solo quedaba rectificar de sal, espolvorear perejil y listo. Con estas cantidades suelo tener para dos ocasiones (cinco o seis raciones), así que congelo la mitad del guiso.
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