Los ingredientes que utilicé, para 15 bocaditos, fueron:
Para la bechamel:
- Una lámina de masa de hojaldre fresca
- Media pechuga de pollo picada
- Media cebolla
- Una cucharada de curry
- Un huevo
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta
- 25 gr. de mantequilla
- 25 gr. de harina
- 250 ml. de leche
- Una pizca de nuez moscada
- Una pizca de pimienta
Antes de comenzar a cocinar, precalenté el horno a 210º.
En una sartén mediana puse a calentar cuatro cucharadas de aceite de oliva y cuando cogió temperatura añadí la cebolla picada en trocitos muy pequeños. En cuanto la cebolla se doró incorporé la pechuga de pollo picada y salpimenté. Removí y rehogué durante unos minutos para que la carne se hiciera y aparté del fuego.
Entonces añadí la cucharada de curry, volví a remover bien y reservé mientras preparaba la bechamel.
Para hacerlo calenté la mantequilla en un cazo a fuego suave y retiré del fuego cuando se derritió. Incorporé la harina poco a poco y removí con unas varillas hasta formar una masa suave, sin grumos.
Volví a poner el cazo en el fuego y añadí la leche sin dejar de remover. Por último, eché un poco de nuez moscada y de pimienta y retiré del fuego cuando obtuve la consistencia deseada.
Mezclé la bechamel con la carne y dejé que se enfriase para que no afectara al hojaldre.
El siguiente paso fue extender la masa de hojaldre y cortarla en cuadraditos de 8 cms. de lado. Con ayuda de una cuchara fui rellenando cada cuadradito con un poco de carne con curry y para cerrarlos junté las esquinas y las retorcí formando pequeños saquitos.
Por último, batí el huevo y con un pincel pinté los saquitos. El horno ya estaba caliente, así que introduje la bandeja con los bocaditos y los tuve 12 minutos. Vigilé para que el hojaldre subiese y se dorase sin llegar a quemarse y los saqué en cuanto estuvieron hechos.
Los serví templados para no quemarme con el relleno. ¡Quedaron deliciosos!
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