Los ingredientes que utilicé fueron:
Para la masa quebrada:
125 gr. de harina
75 gr. de mantequilla fría
50 ml. de agua
Una pizca de sal
Además:
Dos pimientos asados
Una cebolla
Ron añejo
Agua
Azúcar
Lavanda
Lo primero que hice fue la masa. Para ello corté la mantequilla en dados pequeños y la mezclé en un cuenco con la harina. Lo hice con los dedos, sin amasar muy fuerte, para que la mantequilla no se calentara y quedara una masa arenosa, parecida a unas migas. Entonces añadí la sal y el agua y amasé hasta integrar los ingredientes formando una bola. La dejé reposar en la nevera durante media hora.
Precalenté el horno a 200º y mientras tanto me puse a preparar la cebolla. En una cazuela apta para el horno puse una cucharada de aceite y poché la cebolla. Cuando estaba transparente añadí un chorrito de ron añejo, otro de agua y una cucharadita de azúcar. Esperé a que se caramelizase e incorporé los pimientos asados (sin piel y cortados a tiras). Retiré del fuego y saqué la masa de la nevera, pues ya había pasado la media hora.
Estiré la masa con el rodillo y corté un círculo un poco más grande que el diámetro de la cazuela. Coloqué la masa encima de los pimientos, metiendo el borde hacia dentro con cuidado para que los envolviese.
Metí la cazuela en el horno y la tuve cociendo 20 minutos (hasta que estuvo dorada). La saqué y la dejé reposar un rato en la encimera para que se enfriara un poco (lo justo para darle la vuelta sin quemarme).
Con ayuda de un plato le di la vuelta para que la masa quedara abajo y los pimientos arriba. La serví templada con unas flores de lavanda por encima.
Precalenté el horno a 200º y mientras tanto me puse a preparar la cebolla. En una cazuela apta para el horno puse una cucharada de aceite y poché la cebolla. Cuando estaba transparente añadí un chorrito de ron añejo, otro de agua y una cucharadita de azúcar. Esperé a que se caramelizase e incorporé los pimientos asados (sin piel y cortados a tiras). Retiré del fuego y saqué la masa de la nevera, pues ya había pasado la media hora.
Estiré la masa con el rodillo y corté un círculo un poco más grande que el diámetro de la cazuela. Coloqué la masa encima de los pimientos, metiendo el borde hacia dentro con cuidado para que los envolviese.
Metí la cazuela en el horno y la tuve cociendo 20 minutos (hasta que estuvo dorada). La saqué y la dejé reposar un rato en la encimera para que se enfriara un poco (lo justo para darle la vuelta sin quemarme).
Con ayuda de un plato le di la vuelta para que la masa quedara abajo y los pimientos arriba. La serví templada con unas flores de lavanda por encima.
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